La doctora Graciela Salazar, en contacto con Aire Fm relató la situación que vivió el pasado 30 de agosto, cuando fue privada de su libertad en la Unidad Regional II en pleno ejercicio de sus funciones como letrada.

Como causas de su detención, expuso: “aparentemente no soy cordial y debo ser más amable, es lo que me manifiesta personalmente el Comisaria Corzo cuando, después de mi detención, en la Comisaria de la Mujer se apersona dándome a entender que ya había aprendido la lección y yo le pido que se identifique, es decir, que me diga nombre, apellido y rango, que es un deber de los funcionarios de la fuerza y un derecho de todos los ciudadanos”.

Según relató, se dirigió la Comisaria para consultar por un joven menor de edad, por pedido de la familia, ya que había sido sacado de su domicilio en un móvil de la brigada de investigación, “fui a consultar directamente su situación para actuar como su abogada si correspondía, pero una funcionaria policial se negó a darme información porque esos eran temas de jefe y me dijo que esperara, pretendiendo que salga de la oficina, pero le digo que de ahí no me iba a mover hasta que no se me brindara información porque se trataba de un menor, y también terminé detenida”.

“Yo estaba actuando como abogada defensora, de un menor que no es algo que se puede tomar a la ligera o dejar pasar. Yo no había delinquido para ser detenida, había ido como abogada ejerciendo el derecho constitucional que tiene cualquier ciudadano que es perseguido por una cuestión criminal de pedir a un letrado”, afirmó.

También manifestó que “se negaban a darme algún documento expresando lo que sucedía conmigo y con mi defendido, por lo que yo filmaba lo que podía con mi celular y al día siguiente solicito copia del registro y todos los antecedentes, que es el registro que la policía debe hacer ante cualquier detención y me solicitaron una contravención, diciendo que yo había estado muy alterada, empecé a golpear escritorios y a agredir verbalmente al personal policial y que para evitar que me autolesione me tuvieron que poner las esposas”.

“Según la causa de contravención que me hicieron, con 30 años de experiencia como abogada me descoloco y pongo nerviosa y corre riesgo hasta mi propia seguridad física cuando voy a hacer un trámite en una Comisaria. Pero cuando mis colegas varones van a hacer un trámite no les piden que sean cordiales, no les dicen que deben ser más simpáticos ni tampoco ponen por escrito despues que corrían riesgo de autolesionarse, me siento profundamente ofendida, humillada como abogada y como mujer”, declaró.

En este marco, indicó que, al día siguiente, martes 31 de agosto, inició una denuncia penal en la Fiscalía, “por privación ilegítima de la libertad, abuso de autoridad y las figuras que el Fiscal considere que se pudieron consumar”, todo ello “en contra de Corzo y todos los funcionarios policiales que, de una forma u otra, por acción u omisión, en ese momento permitieron que se consumara el hecho”.

Asimismo, reflexionó que “todo esto tiene que ver con la forma de investigar que tienen y cuando son puestos en evidencia tratan de sembrar el miedo para disuadir las denuncias que corresponden”.

“No abro juicios sobre mi cliente, si es un ángel o un pequeño demonio, solo digo que las formas de investigar, de tratar, de moverse en la policía deben ser profundamente revisadas y controladas. No se puede dejar totalmente liberados a personas que portan una placa y un arma y tienen bienes del Estado a su disposición para el supuesto resguardo de toda la sociedad”, cerró.

Finalmente, declaró “más allá de esto que me ha pasado, soy una ferviente creyente del Estado y de las Instituciones, creo que se deben separar las manzanas podridas y dejarse de lado la obediencia debida, hay formas de comportarse de muchos miembros de la policía que me hacen acordar a los tiempos del Proyecto de la Obediencia”, agregando, “hay que salvar a la policía de las manos policía”.