
Sabri Díaz, la emprendedora detrás de SYF que sueña con su propio local
Sabrina Agustina Díaz contó en Aire FM cómo nació su emprendimiento SYF, la decisión de empezar de cero con muy poca plata y el sueño de llegar a tener su propio local.
En el estudio de Aire FM, rodeada de anillos, pulseras, maquillajes, medias, pijamas y accesorios, Sabrina Agustina Díaz habló en primera persona de algo que muchas y muchos viven en silencio: no estar bien en el trabajo, animarse a renunciar y volver a empezar desde cero.
Sabri trabajaba en una feria de verduras en la Estación. Eran jornadas largas, bajo el sol, con poco ingreso y mucha frustración. “Sentía que estaba estancada, que no progresaba. No me estaba yendo bien ni en la carrera ni en el trabajo. Un día dije: dejo todo y vuelvo a comenzar”, contó.
Con muy poca plata y muchas dudas, empezó a vender pulseritas de macramé y medias. Fueron sus primeros productos, armados casi a pulmón. En ese momento, contó, tuvo la ayuda de Fede, un chico con el que salía y que fue clave al principio: hacía los delivery, tiraba ideas y la acompañaba en ese salto al emprendedurismo. De allí nace el nombre de su marca: SYF.
“Él fue parte del comienzo y siempre va a estar en el nombre. No me molesta, al contrario, le agradezco un montón”, dijo, entre risas.
De las pulseras al maquillaje y los accesorios
Con el tiempo, Sabri se dio cuenta de que lo artesanal, aunque hermoso, le demandaba demasiado tiempo. Cada pulsera llevaba entre 10 y 15 minutos de trabajo, y estudiar al mismo tiempo se hacía insostenible. Entonces empezó a sumar maquillaje y accesorios para darle más rotación al negocio.
Hoy, SYF ofrece:
-
Maquillaje: delineadores, labiales, gloss, combos armados.
-
Accesorios: anillos, collares, brazaletes, uñitas postizas, vinchas.
-
Medias: clásicas, estampadas y modelos virales tipo bucaneras.
-
Ropa y pijamas (incluyendo diseños de Hello Kitty y prendas frescas para verano).
-
Peluches, gorras y detallitos para regalar.
“Trato de buscar productos que se muevan rápido y sean accesibles. A veces, lo que queda estancado lo vendo a precio de costo para recuperar la inversión y comprar otra cosa. No sirve tener mercadería quieta”, explicó, dejando un consejo para otros emprendedores.
Ferias, delivery y estudio: un equilibrio a pulmón
Mientras hace crecer SYF, Sabri sigue estudiando Profesorado de Música y ya está en la recta final: le queda un año para recibirse. Entre exámenes, muestras y ferias, aprendió a organizarse como puede:
-
Atiende en su casa con una ventanita tipo kiosco donde exhibe los productos.
-
Hace delivery usando apps como Uber cuando tiene muchos pedidos.
-
Se adapta a horarios de sus clientes y coordina entregas en el profesorado cuando está cursando.
En ferias, es una cara conocida:
-
Parque de las Juventudes: suele estar los domingos por la tarde/noche.
-
Plaza 9 de Julio / Plaza 25: participa en ferias de jueves y viernes cuando su agenda lo permite.
“Hay clientas que ya van a la feria directamente a buscarme a mí. Algunas empezaron como clientas y hoy son amigas. Eso es hermoso”, contó.
Emprender con sinceridad: días buenos y días malos
Sabri no romantiza el emprendimiento: reconoce que hay días altos y días bajos. A veces no vende nada en la semana, pero sabe que la feria la ayuda a equilibrar. Por eso, también invierte en publicidad en redes, armando combos y promos especiales para fechas como el Día de la Madre o fin de año.
“Estoy dispuesta a hacer todo lo que sea para crecer. El objetivo es tener un local propio. No sé si a la calle o tipo showroom, pero quiero un espacio que sea fruto de mi esfuerzo”, dijo. Y ya se animó a ponerle fecha a su sueño:
“Yo manifesté que en 2026 me iba a recibir y iba a tener mi local. Va a ser así”.
Dónde encontrar a SYF
Quienes quieran conocer sus productos pueden encontrarla en:
-
Instagram:
-
@syf.larioja(catálogo y contacto directo)
-
-
WhatsApp:
-
📲 3804 53 91 43 (catálogo, consultas y pedidos)
-
Además, los domingo está con su stand en el Parque de las Juventudes, con maquillaje, accesorios, medias, pijamas y regalos para quedar muy bien con amigas, pareja… o con uno mismo.
“Empecé sin un mango y con miedo, pero con ganas de cambiar mi vida. Y si yo pude, cualquiera puede”, resumió Sabri, dejando en el aire una historia que inspira y empuja a animarse.