
La joven talento de la física que intenta crear pequeños soles en la tierra: “El combustible fósil se va a acabar en 30 años”
En su primer año estudiando Física en la universidad, en Viena, Eleonora Viezzer tenía 90 compañeros hombres y solo 10 mujeres. Si esa diferencia le parecía mucho, se sorprendería aún más e...
En su primer año estudiando Física en la universidad, en Viena, Eleonora Viezzer tenía 90 compañeros hombres y solo 10 mujeres. Si esa diferencia le parecía mucho, se sorprendería aún más el año siguiente, cuando de ese reducido grupo femenino quedarían solo tres, contándola a ella. “Cuando me mudé a Alemania para continuar con mis estudios, tenía materias en las que yo era la única mujer: unos 70 u 80 alumnos hombres y yo”, recuerda la investigadora desde su oficina.
Fue quizás por esa razón que nunca imaginó que llegaría tan lejos. Por más que tuviera las más altas calificaciones, como en la física solo veía hombres, sus expectativas profesionales eran moderadas. “Tuve solo una profesora mujer, y tenía 65 años. Después de ella, no había ninguna más. Yo tenía 21. Obviamente, pensaba que no tendría éxito”, cuenta la recientemente galardonada con el premio Princesa de Girona a la Investigación 2022. Las distinciones no son novedad para Viezzer. En 2018, ganó la beca Starting Grants del Consejo Europeo de Investigación y obtuvo1.5 millones de dólares para avanzar en sus investigaciones.
El ambicioso proyecto de Viezzer: “Es el santo grial de la ciencia”Desde hace años, Viezzer centra gran parte de su trabajo, investigación y docencia en un principal objetivo: crear un sol en la tierra. Una pequeña estrella que genere energía limpia e inagotable, creada a partir de la fusión nuclear, y que salve al mundo de la actual crisis climática y energética.
Ella no es la única: los equipos de investigación de al menos 35 países del mundo se encuentran actualmente en la carrera por ser los primeros en lograrlo. A la vez, trabajan juntos en un proyecto compartido, uno de los más ambiciosos del mundo de la ciencia, llamado Iter. Viezzer es parte de este y ha contribuido con importantes hallazgos. Y es por estos que, según el gobierno español, la joven italiana, actual profesora e investigadora de la Universidad de Sevilla, ha posicionado a España en la primera línea mundial en la investigación de la fusión nuclear.
La fusión nuclear, explica Viezzer, es el proceso por el cual las estrellas brillan y emiten energía. “Tenemos dos núcleos, dos núcleos de átomos. Los fusionamos y se crea una nueva partícula. El sol, por ejemplo, se creó a partir de dos átomos de hidrógeno: los dos núcleos se fusionaron y se creó el helio. En la tierra usamos variaciones de hidrógeno, isótopos. Los llamamos deuterio y tritio. Están en la naturaleza, pero también se los puede fabricar“, explica la investigadora.
El proceso parece simple en la teoría, pero no lo es en la práctica. Pese a las décadas de investigación en este campo, todavía no se ha logrado generar energía a partir de la fusión de dos núcleos de átomos de manera eficiente y duradera. Es por ello que, dentro del mundo de las ciencias exactas, se considera a la fusión nuclear la gran deuda de los últimos 50 años, y se ha popularizado la frase: “Estamos a 30 años de la fusión nuclear, y siempre lo estaremos”.
Pero Viezzer no está de acuerdo con ello. No se autopercibe optimista, sino racional, cuando asegura que para la próxima década el mundo va a utilizar energía obtenida a través de esta reacción nuclear. “Realmente ahora estamos muy cerca. Estoy segura que nosotros somos la generación que lo va a conseguir. Y, si aumenta la inversión, lo vamos a lograr aún más rápido”, asegura.
-Te he escuchado decir que la fusión nuclear es el santo grial de las energías alternativas. ¿Por qué?
-Básicamente, porque con la pequeña cantidad del fuel que necesitamos para la fusión podemos producir una barbaridad de energía. Con los átomos de deuterio y tritio que caben en una cuchara de café podemos producir la misma cantidad de energía que si llenáramos una cancha de fútbol de carbón y la quemáramos. Es una locura. Con los átomos que caben en un vaso de agua podemos producir la cantidad de energía que necesita una familia de cuatro personas para 80 años. Generalmente, cuando la gente escucha “nuclear”, se asusta porque lo relaciona con la energía nuclear de la actualidad y con Chernobyl, Fukushima y otros accidentes. Pero la fusión nuclear no utiliza ningún componente radioactivo. Además, la materia prima es barata y no genera residuos.
-Si en la teoría la fusión nuclear es fácil de entender, ¿por qué es tan difícil de lograr?
-Porque, para hacer posible la fusión, lo que necesitamos son temperaturas muy, muy altas. El sol tiene 15 millones de grados centígrados. En la tierra, necesitamos incluso más: 200 millones de grados centígrados. Pero claro: la temperatura que necesitamos es tan alta que no hay ningún material que lo pueda aguantar. Entonces, ¿cómo lo hacemos? Usamos campos magnéticos. Los campos magnéticos nos ayudan a encerrar el plasma, las partículas recargadas. La máquina que usamos se llama tokamak, es una cámara con un vacío con campos magnéticos. Los tokamaks convencionales tienen forma de donut. Pero el que armamos en Sevilla tiene forma esférica, porque se ha visto que la fusión nuclear se puede lograr de una manera más eficiente si se usa una geometría de este tipo.
Una vida de fascinación por la cienciaViezzer habla cinco idiomas. Esto tiene que ver con la variedad de países en los que vivió. Pasó sus primeros años en Italia y luego se mudó con su familia a un pueblo en los alpes austríacos. Fue allí que descubrió su pasión por la ciencia, especialmente por la astronomía. “Cuando nos mudamos, yo tenía seis años. Me acuerdo perfectamente de una de las primeras noches allí. Hacía mucho frío, pero el cielo se veía super claro, se veían todas las estrellas. Yo no entendía por qué allí había más estrellas que en nuestra ciudad de Italia, y mi madre me explicó”, recuerda, con una sonrisa.
Desde pequeña Viezzer se interesaba mucho por la naturaleza y por el cuidado ambiental. “En el colegio tenía facilidad para la matemática, la física, la química. Con 12 años, quería ser médica, pero cuando me di cuenta de que me impresionaba la sangre, dije: ‘Yo para médica no sirvo, mejor otra cosa’. Como hablo cinco idiomas, todo el mundo me decía que debía dedicarme, por ejemplo, a traducción. Pero a mí eso no me interesaba. Quería algo que realmente me desafiara. Quería aprender, estudiar.
-¿Por qué elegiste física?
-Estaba entre biología, química y física. En el último año de colegio, mi profesora de física del instituto me recomendó a mí y a una muy buena amiga irnos a un curso de invierno de la universidad en la semana blanca de vacaciones. Allí, los universitarios nos enseñaron su día a día: sus equipos, sus experimentos, sus telescopios. Esa semana decidí lanzarme a la física. Y lo hice con mi mejor amiga. En segundo año, además de Física, empezamos a estudiar Matemática. Y ella al final se quedó con la matemática y yo con la física.
-No siendo española, ¿por qué elegiste mudarte a España?
-Yo estaba en el Instituto Max Planck, en Alemania. Es, junto con Princeton y Oxford, el mejor a nivel mundial. Estaba muy contenta. Pero me atrajo también el mundo académico y compaginar la investigación con la docencia. Y elegí España porque mi pareja es de aquí. Nos conocimos en Alemania, él se volvió a España y, después de un tiempo largo de relación a distancia, decidimos instalarnos aquí. Como me han salido dos becas europeas muy importantes, estas me permitieron no solamente entrar a esta universidad, sino también montar un equipo de investigación. Empecé sola y ahora estoy trabajando con ocho alumnos de doctorado, tres postdocs y varios alumnos de máster y de grado.
-¿Todavía se ven pocas mujeres en la Física?
-Hay más que cuando yo estudié. Va cambiando, sí, pero el cambio va demasiado lento. En España las chicas que estudian Física deben ser el 25 por ciento del alumnado. Se ven más chicas estudiando Física en los países del sur, comparado con los países del norte. Creo que es muy importante tener ejemplos a seguir que te ayuden a conectar. Tenemos que enseñarle a nuestras hijas y a las chicas pequeñas que las mujeres también valemos para la física, para las ingenierías, para las matemáticas. Que el mundo no es rosa y azul o blanco y negro. Es muy improtante encontrar algo que te guste. Y si es la física o la ingeniería, adelante. Es importante también desmitificar qué significa la investigación, desmitificar lo que hacemos los físicos. No estamos siempre metidos en nuestro laboratorio con la computadora. También somos seres humanos normales a los que nos gusta hacer cosas normales. ¡No somos bichos raros!
“El combustible fósil se va a acabar en 30 o 40 años”-¿La idea, en un futuro, es que cada país pueda tener su propio tokamak?
-Sí, la idea es o tener máquinas muy grandes, y entonces podríamos tener una o dos para todo Europa, o que cada país tenga su propia máquina, haciéndolas más pequeñas. O, incluso, cada ciudad grande podría tener una de estas máquinas.
-¿Creés que la fusión nuclear es la única solución para salir de la crisis energética actual?
-Yo creo que la fusión va a jugar un papel muy importante. Pero también creo firmemente en el mix energético. Creo que no es buena idea optar por una sola opción, sino que es importante combinar varios tipos de energías. Tener fisión nuclear, energía solar y eólica al mismo tiempo. La solar y la eólica tienen un problema, que es que no son tan eficientes, porque el sol no brilla todo el día. Lo mismo sucede con el viento. La fisión nuclear es eficiente. El carbón lo queremos quitar del medio, porque no podemos continuar con las emisiones de CO2. Además, porque el combustible fósil se va a acabar. Si todos los países siguen quemando carbón como ahora, se va a acabar en 30, 40 años. Lo vamos a gastar todo. Lo mismo con el gas, con el diesel.