
Emiliano Grillo vivió un tormento en el comienzo de la tercera jornada: los árboles le jugaron en contra y cometió un cuádruple bogey
Emiliano Grillo llegó desde Arizona, donde participó en el Phoenix Open, sin poder superar el corte clasificatorio. Pero le quedó una linda experiencia que podrá compartir eternamente: la camin...
Emiliano Grillo llegó desde Arizona, donde participó en el Phoenix Open, sin poder superar el corte clasificatorio. Pero le quedó una linda experiencia que podrá compartir eternamente: la caminata en el hoyo 16 del TPC Scottsdale mostrándole a unas 20.000 personas que colmaban las gradas, la camiseta N° 10 de Leo Messi. Como una suerte de homenaje al capitán del seleccionado por la obtención del título mundial en Qatar en ese hoyo tan especial en el que el fervor de la gente lo asemeja a una cancha de fútbol. Vuelta de página y a jugar en The Genesis Invitational, otra importante competencia del PGA Tour, en The Riviera Country Club, en Pacific Palisades, California.
El golfista chaqueño, de 30 años, con un título conquistado y 54° en la clasificación de la Fedex, tuvo buenas sensaciones en el comienzo del certamen cuyo anfitrión es nada menos que Tiger Woods, que a la vez reaparecía en escena tras siete meses. Grillo comenzó con 68 golpes (-3), con seis birdies y tres bogeys, pero no pudo sostenerse en el lote de los arriba en la segunda jornada. Hizo 75 (seis bogeys contra dos birdies) y debió esperar (junto con Tiger, ambos con +1) al final de la jornada para ver si superaba el corte clasificatorio para los últimos 36 hoyos. Buenas noticias para ambos despidieron el viernes: el filtro fue de +2.
Con buenas sensaciones, entonces, Grillo encaró los terceros 18 hoyos. Le tocó salir por el 10, de par 4, en este caso de 284 yardas. Como para llegar en dos al green sin correr riesgos, o con uno con un tiro inspirado. Bueno, terminó siendo un calvario. El golpe de salida alcanzó la línea de la bandera, pero se abrió hacia el sector izquierdo. Arbolado. Dificultades en ciernes.
¿Por arriba o por abajo? La misma disyuntiva que Rodrigo Palacio en la final contra Alemania del Mundial 2014. Grillo tenía tres árboles en línea hacia la bandera que podían ocasionarle problemas. Pero también margen para pasar entre ellos. Tiros mágicos que hemos visto muchas veces. Eligió ir por arriba para que la pelota cayera llovida sobre el green. Algo que para los jugadores aficionados puede provocar terror, pero que los profesionales resuelven con mayor naturalidad. La suerte no ayudó a Emiliano: la pelota quedó colgada del árbol. ¡No lo podía creer!
Volvió al lugar de ejecución y dropeó con multa depués de hablar con un supervisor para repasar el caso reglamentariamente. Era el cuarto impacto. ¡Para qué complicarse buscando tozudamente algo que no le salió como imaginaba: eligió ir por abajo, entre medio de los árboles! El hueco era de unos tres metros. El golpe, a media altura, pasó el primer tronco, pero no el segundo. ¡Tac!
El quinto golpe tampoco fue con panorama limpio. Había arbustos varios y detrás de estos, una cuestita empinada de unos siete metros hasta llegar al green. El tiro no salió perfecto: picó antes de tiempo y la bola no rodó lo suficiente. Quedó lejos del objetivo. Qué corre por la cabeza de un golfista en esos momentos de impotencia por no poder resolver acertadamente la situación es imaginable: la paciencia está al límite en un deporte que requiere precisamente de paciencia.
De ahí fueron tres putts: el primero resultó largo y quedó a unos dos metros. Y de ahí embocó en dos intentos. Total: 8. Cuádruple bogey. El par 4 supuestamente corto y atacable acababa de ser un tormento para Grillo. ¡Y era su arranque de la tercera jornada! Le costó salir de las “turbulencias”, al punto de que en tres de los cuatro hoyos siguientes cometió sendos bogeys (12, 13 y 14). Hasta que de alguna manera recuperó la sonrisa al conseguir birdies en el 17 y en el 18, para cerrar los nueve iniciales más animado, con un total de +5.
El fatídico hoyo 10 para Grillo